La pospandemia, el nearshoring y la reciente ola de calor que azotó a gran parte del estado, y del país, pusieron en focos amarillos, casi naranjas, el sistema eléctrico, pues aunque tienen reservas como colchón, tenían que entrar para abastecerse. los picos de alta demanda, por lo que es necesario apostar por la innovación para liberar cargas al servicio del sector industrial, consideró Rolando Fuentes, profesor investigador en Economía y Finanzas de EGADE Business School (EGADEBS).
Aunque aclaró, este es un escenario que no debe darse porque es la autoridad la que debe trabajar para incrementar su infraestructura.
El experto, quien también fue director de Negociaciones Internacionales de la Secretaría de Energía federal, explicó que la situación actual por la que atraviesa el sistema eléctrico se debe a decisiones que se tomaron hace cuatro años, como la suspensión de las subastas eléctricas, sin que esto sea así. reemplazado por algún otro proyecto que ayude a aumentar la capacidad.
“No estamos en una emergencia porque eso está mandando una señal para decir que no pasa nada, pero creo que es una luz amarilla que se vuelve naranja. ¿Qué pasará si hay otra ola de calor en agosto donde las temperaturas son persistentes? ”, cuestionó.
Y ha añadido que “Creo que es el momento de pasar a la acción y no decir que no pasa nada. La demanda es flexible pero la cosa se puede complicar y tampoco queremos estar al filo de la navaja”.
Según Fuentes, apostar por la generación distribuida como la colocación de paneles solares y el almacenamiento de energía, a través de una política que subsidie estas tecnologías, ayudaría a bajar la demanda total y, el problema de ser un proyecto de infraestructura largo, difícil y tedioso de sacar las líneas de transmisión pasarían a ser una de manufactura y logística.
“La demanda interna y total caería y la carga se liberaría para satisfacer otras necesidades industriales (…) los asesores de políticas (energéticas) deben hacer uso de todas las tecnologías y herramientas disponibles para tener un sistema mucho más robusto que pueda ayudar a las empresas”. que quiera radicarse en México, se radicará”.
Respecto al aumento de la capacidad eléctrica, explicó que, cada año, se queda un poco por debajo de lo planificado, lo que se acumula con el tiempo.
“Si viene una empresa y se instala (…) va a tener un (impacto en) el crecimiento económico que a su vez va a tener un impacto en la demanda de energía eléctrica, en el mediano plazo y, en el corto plazo, será que una planta necesita más electricidad.
“El problema es esta inconsistencia en el tiempo entre la demanda y la construcción de la oferta”. Comentó que aún no se construyen proyectos que fueron considerados prioritarios, en 2018, como la red de transmisión Reynosa-Monterrey y la de Baja California con el Sistema Interconectado Nacional.
“Nuevo León (NL) es un microcosmos más grande de lo que está pasando, es el estado que más inversión está atrayendo para el nearshoring, como la automotriz que es una gran consumidora de electricidad: Además, estos sistemas están sufriendo, lo que hace que sea muy caliente y no se construyó la línea de transmisión que se necesitaba. En ese contexto, el panorama suena complicado”, señaló.
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